lunes, 30 de mayo de 2011
De nuevo entre nubes
Cuando era niña solía celebrar el año nuevo con la tradición de salir corriendo alrededor de la cuadra cargando una maleta de viaje pues según dicen eso es augurio de viajes en el año que se inicia. Entre más grande la maleta parece ser que el viaje es más largo. (Con tal que no se trate todavía de aquel viaje al otro lado!). Junto con mi hermana disfrutábamos la idea de correr y soñar con destinos, los cuales en un principio se reducían a Palmira, Bogotá y el más sorprendente cuando vivía en Colombia fue viajar a Panamá.
Hace ya casi tres años que vivo en Londres y desde entonces la vida me ha permitido realizar numerosos viajes y es por eso que con frecuencia me encuentro de nuevo entre nubes. Y no me quejo aunque a veces resulte agotador porque cada viaje representa un paso hacia dentro de mi misma. Es como la historia del alquimista que en busca de respuestas realiza un largo viaje que termina exactamente en el lugar de inicio pues todo, y aunque nos suene un poco increíble, todo está en nuestro interior. Sin embargo me inclino por la idea de darle a los viajes externos una connotación especial porque desde mi punto de vista son necesarios, nos permiten tener acceso a zonas desconocidas que tan sólo se hacen visibles cuando nos exponemos a otros lugares. Conocer otras personas, probar otras comidas, visitar museos, templos y parques, tomar algunas fotos, observar la arquitectura, conversar con alguien que se cruza en el camino, todo lo anterior brinda aprendizaje y eso es lo que me resulta fascinante. Ya no corro como lo hacia antes pues mis pasos se han vuelto más meditativos; ya no siento la urgencia de hacer mucho en poco tiempo sino que prefiero menos pero con conciencia; ya mis ojos curiosos tienden a esconderse detrás del silencio de quien observa sin carreras.
Cada año visualizo y planeo aquellos lugares que por algún motivo llaman mi atención, porque quizás alguien me ha dicho o lo he leído en alguna parte o porque se conecta con la filosofía a la que he tenido acceso. Viajar me resulta inspirador porque me hace sentir pequeña en medio de lo inmenso y variado que es mundo. Viajar rompe con mis paradigmas mostrándome otras formas, otras opciones de vida, otras y variadas manifestaciones que no han sido aquellas con las que he crecido. Cada lugar tiene una belleza particular, una historia que contar y un legado por transmitir, por eso conocer gente facilita que conozcamos el mundo a través de otros ojos. Muchos son los países que me faltan por visitar, creo mi padre está llevando la cuenta, y para ser sincera no sé si llegue a una edad en la que viajar deje de ser una de mis actividades favoritas. Me imagino que uno cambia, los compromisos son otros, lo que hoy es urgente dejará de serlo, lo que me hoy me preocupa reducirá de tamaño con el paso de los años. Viajar es una posibilidad que nos brinda el mundo moderno en donde en tan sólo unas horas nos transportamos a lugares distantes, mostrándonos que no hay fronteras y que somos ciudadanos del mundo.
Pero el viaje más importante y especial es aquel que realizamos dentro de nosotros mismos porque es un regalo que deberíamos darnos más seguido. Entre más lo hagamos más increíbles son las sorpresas que encontraremos pues son muchos los tesoros esperando a ser descubiertos. Buen viento y buena mar!
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Nos identificamos y estoy de acuerdo con su apreciación. Es esa maravillosa experiencia que uno ya la vive de otra manera. Que la vida le siga otorgando muchos viajes y sobre todo esos últimos que menciona. Nos veremos de vez en cuando! Abrazos, besos, mum
ResponderEliminarNo echemos en saco roto la posibilidad de hacer un viaje juntas. Leer tu blog me ha refrescado la memoria. Gracias por compartir. Un abrazo de la gomela (perdón) fantástica. Poder activado. Convertirme en una ave migratoria. Pshh!
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