Definitivamente el otoño es una estación hermosa. El suelo se viste de colores y los árboles parecen perder su traje sin lamentos, sin dolor porque aunque queden desnudos por unos meses tienen la certeza que volverán a estar rodeados de hojas, flores, pequeñas criaturas, y que por supuesto, tendrán la oportunidad de renacer una vez más. Observo al caminar las tonalidades de estas hojas; percibo el viento frío que me recuerda que el invierno se aproxima; y algo en mi interior se estremece al invitarme a “dejar ir” (let it go), a dejar partir, a soltar todo aquello que a veces tiendo a cargar sin necesidad alguna, y que por el contrario, cuando vuelvo a topármelo entonces se reviven situaciones grises. Me imagino que esto es parte de vivir y que el hecho de movernos en un mundo dual hará que siempre estemos experimentando los extremos: la felicidad y la tristeza, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, el éxito y el fracaso, entre otras.
Mientras seamos protagonistas de esta rueda de la vida, la rueda de Samsara como la llaman en la India, nuestra barca irá navegando hacia extremos y tan solo cuando haya mayor conciencia entonces nuestro navegar será inspirado en armonía, en paz y en plenitud. Cuando veo pasar el tiempo y me confronto a mi misma de nuevo, despiertan multiples inquietudes de las cuales tengo respuestas en construcción. Y cuando llegan otra vez las preguntas, entonces pareciera que tuviera que alimentar a mi mente con alguna explicación racional y lógica, cuando no siempre las encuentro. Pero si en cambio trato de contactar mi voz interior, esa sí sabe y comprende los procesos por los cuales he atravesado, las conquistas y derrotas que mi alma ha vivenciado, las luces y las sombras que son parte de esta manifestación corporal y de este paso por la Tierra.
Que paradójico resulta a veces que lo que muchos han señalado como nuestra mayor expression de evolución y lo que suele diferenciarnos del reino animal, la capacidad mental, es la que muchas veces no termina siendo la major guía. Creo más en la existencia de una sabia voz que ha aprendido, que ha recorrido grandes distancias y ha explorado en distintos tiempos, una voz que me orienta y me recuerda el sentido de mis pasos. Y entonces, si de repente me enfrento a una multitud de dudas, una particular sonrisa se dibuja y mis ojos se empañan porque dentro de mí está lo que busco. Eso que mantengo buscando, eso que a través de mis viajes, de la gente que conozco, de los libros que leo, de las películas que veo, de las canciones que canto, de los templos que visito, de los planes que construyo… eso tan solo se hace visible cuando estoy lista para aceptarlo.
A veces me hubiera gustado ver ciertas cosas algunos años atrás pero todo tiene sentido y esta vida no es más que una larga aventura donde podemos decidir ser héroes cotidianos o simples espectadores. Que el otoño nos permita despedir sin nostalgia lo que debe irse, y que nuestra atención se mantenga abierta a dar la bienvenida a todos esos pequeños mensajes que a diario suelen aparecer en nuestro sendero.
jueves, 28 de octubre de 2010
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Brindo por el otoño, por esa voz interior que nos deja acercarnos a nuestro hades para morir - dejar ir lo que sobra...
ResponderEliminarLigero de equipaje hay que andar por esta tierra.
Saludos, abrazos, besos y muchas cosas mas.
Gracias amiga...
ResponderEliminarpor las hojas de otoño.. y nuestra Alma que de cara a las estrellas, reconocen el sendero...
Un abrazo!!!
Eureka! Hasta "Jesús" está opinando! Ya todos conocen mi nota de humor. Ahora si en serio. Gracias por recordarnos esa etapa no sólo del año que vamos corriendo sino también, para algunos, la etapa de nuestras vidas donde ya debiéramos ir caminando más ligeros de equipaje, no sólo físico, sino emocional. Adelante con los sueños que aún nos falta realizar! Abrazos, mum
ResponderEliminarNatalia que texto mas hermoso! muy poetico; y respecto a lo que dices en la ultima parte, te dire que eres prematura, las chicas de tu edad suelen saber menos de la mitad de lo que tu sabes. Eres un chica singular y maravillosa, te admiro mucho.
ResponderEliminarNata...que bueno ver el otoño como esa etapa de desprendimiento por la que todos debemos pasar...Apenas ahora comienzo a admirarlo y ni que decir, a amarlo...para mí, es sinónimo de esperanza, de acercamiento al invierno, a la Navidad, a un tiempo de pureza, de bondad, de amor y de paz...Hermoso escrito! Besos y Abrazos, Jessie.
ResponderEliminarNati, maravilloso,hermoso poder encontrar tanta sabiduria,vida en todo lo que te rodea e irradias,para mi es encontrar lo que deseo gritar a mi misma,saber que todo pasa,las cargas se deben dejar donde corresponde, mil gracias por continuar compartiendo y teniendome en cuenta siempre en tu vida,sabes que siempre aprendo y tu has sido una gran guía,horizonte.Dios te llene de amor, felicidad,y todo lo que desees,mereces,mp.
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