martes, 22 de marzo de 2011
Qué le pasa al mundo?
En las últimas semanas me he venido haciendo la misma pregunta pero creo no haber encontrado la respuesta aún. Nunca he sido fan de leer periódicos ni de estar pendiente de las noticias pues debo reconocer que sin duda alguna no las encuentro para nada positivas ni alentadoras. A veces lo hago con el objetivo de estar al tanto de la problemática mundial pero lo único que consigo después de hacerlo es retirarme a estados en los que la tristeza y la impotencia rondan sin parar. Considero que a la luz de la filosofía antigua – la cual no tiene que ver con la filosofía académica moderna - hay una lección detrás de cada situación, por dura, cruel o aterradora que nos parezca. Sin embargo esta vez siento que el límite de comprender el sufrimiento humano está por colapsar. Recuerdo ahora a Buda, quien dedicó su vida a encontrar la razón del sufrimiento y propuso un camino recto como medio de evitar los extremos, los cuales son parte de este mundo dual pero nos impulsan a vivir experiencias extremas alejándonos del equilibrio inicial.
Mi corazón se contrae y llora cuando escucho casos en los que el ser humano es violento y destructivo, en donde poco o nada nos importa arrebatar vidas humanas o pisotear a muchos en beneficio de unos cuantos, en donde las palabras no sirven y se reemplazan con armas; y por supuesto, casos en donde la naturaleza provoca catástrofes como las de Japón y Nueva Zelandia, mostrándonos su poder y fuerza. Imágenes que me evocaban películas antes vistas, películas que son ahora realidad en muchas partes y que quienes tenemos el privilegio de no estar afectados solemos ignorar u olvidar. Comentarios de todo tipo surgen y me cuestiono la validez que tienen: que no hay forma de evitar estos desastres, que eso del cambio ambiental es puro cuento, que peores cosas se acercan, que el hombre es violento por naturaleza, que el planeta se expresa como consecuencia del mucho daño que le hemos hecho, que solamente a través de tragedias y adversidad es que nos volvemos más sensibles, solidarios y generosos, que este año astrológicamente trae numerosos cambios, en fin, muchas son las miradas que pueden ser valoradas en torno a nuestra realidad social.
Quisiera quedarme con la más positiva, con aquella que nos recuerde lo importante que es que seamos conscientes de nuestros actos e incluso de nuestros pensamientos porque con ellos podemos irradiar luz o esparcir odio. Reflexionaba un poco en lo transitorio que es nuestra existencia y en el papel que juega nuestro deseo de poseer cosas, de guardar recuerdos materiales, de acumular posesiones, que en el caso de muchos en Japón lo han perdido todo. Todo en cuanto a lo que podemos ver con estos ojos físicos, pero no lo que en nuestra alma habita porque de este espacio sagrado nosotros somos los amos. Sepamos mantener el fuego interno encendido, enviemos luz a aquellos que no la tienen, amor a quienes solo conocen la maldad, perdón a quienes nos han herido con o sin intención, humildad para reconocer nuestras faltas, y por encima de todo, de cualquier situación que debamos atravesar como humanidad, mantengamos la esperanza y la sonrisa siempre lista para quien está a nuestro lado porque finalmente todos somos tripulantes de una misma barca.
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ME IDENTIFICO CON TUS PALABRAS Y CON TU REFLEXIÒN YA QUE AL ADENTRARME EN ESTA INDAGACIÒN, ENCONTRE ESA MISMA RESPUESTA, HACER RESONANCIA DEL AMOR Y LA FÈ, PUES MÁS ALLÁ DE ESO EL PANORAMA PUEDE TORNARSE INCOMPRENSIBLE, Y SE HACE NECESARIO EXPANDIR NUESTRA ESENCIA Y CONTRIBUIR SOLIDARIAMENTE CON HUMILDAD Y GRAN FUERZA ESPIRITUAL AL MUNDO Y SU CONDICIÒN ACTUAL, CAMBIANDO DESDE NUESTRO INTERIOR LA INDIFERENCIA Y ACERCANDONOS CADA VEZ MAS ENTRE NOSOTROS CON CLARIDAD Y ESPERANZA.
ResponderEliminarHoy justamente estaba pensando que tambien es un acto violento la extravagancia de los millonarios compartiendo escenario con los estragos de la naturaleza, como si nada estuviera pasando, o como si pasara en otro planeta...
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