"Señora de los libros", "Señora de la Escritura",

jueves, 17 de febrero de 2011

El dilema de tener hijos

Hace días hablaba con algunos amigos del tema y debo resaltar que en aquel grupo yo era la más jóven y eso que ya tengo casi 28. Sé que muchos son los compañeros de colegio o de Universidad que ya han dado ese paso o por lo menos ya se han casado y para ser sincera poco o nada sé si son felices, si la vida les sonríe – espero de corazón que así sea. Mi caso es algo distinto, quizás porque no siento el afán que hace algunos años llegué a sentir. A mis 25 años decidí viajar al extranjero, no sin ello sentir el dolor de dejar mi país porque son muchos los vínculos que sigo teniendo con Colombia. Mis viajes y mi estadía en Londres es lo único que tengo para ofrecerles porque ni esposo ni hijos tengo en mis planes por el momento.

Me cuestiono hasta que punto podemos seguir nuestra llamada interior en vez de seguir la lista social de cosas que deben hacerse, cosas que deben lograrse en ciertas edades. La idea de estudiar, trabajar, dejar el hogar, buscar una pareja, tener hijos, mantener el hogar a costa de la propia felicidad, ver crecer a nuestros hijos, seguir trabajando, sufrir con las decisiones que nuestros hijos toman, buscar espacios para ocuparnos cuando ya no estemos trabajando, y esperar la llegada de la muerte, orando para que sea de la mejor manera. Y mientras escuchaba las distintas opiniones de la gente, me disponía a indagar en la mía. Fui la última en compartirla porque la verdad que estaba curiosa en conocer las motivaciones que tienen las personas en tener hijos. Una de las intervenciones me llamo la atención y como solemos decir, me dejó pensando por un buen rato. En resumen la idea era la siguiente: hay que tener hijos porque cuando estemos viejos y sin hijos no habrá nadie que pueda cuidar de nosotros. Además que es a través de nuestros hijos que dejamos algo de nosotros cuando sea la hora de partir. Si nos dedicamos al trabajo solamente, al final de todo, eso no nos hará felices. En fin, no sé como les suene a ustedes pero para mi esto tiene un tinte de egoismo y si tener hijos se trata de pensar en lo que uno quiere o no beneficiarse entonces ese negocio no me llama ni poquito la atención.

Amo trabajar con niños y de hecho siento que ya tengo muchos hijos cuando estoy con ellos. Ese espacio de mi corazón lo ocupan los hijos de otras personas que comparten sus cotidianidades conmigo y cualquier docente sabe la proximidad que se establece cuando son 7 horas como mínimo diarias que estamos cerca de estos seres. Por ahora yo juego con la idea de ser sus madres, de hecho algunos de ellos así lo expresan y yo lo recibo con amor porque todo parece ser un juego sano y limpio. Me imagino que la cuestión cambia y se hace más profunda cuando se trata de tener un hijo. Curiosa estoy de escuchar a mi amiga colombiana que vive en Paris que hace poco dió a luz a un hermoso bebé. Cuando veo las fotos que con frecuencia me envía aparece un sentido maternal que me invita a pensar en las posibilidades, y porque no, en un futuro arriesgarme a esa experiencia. La verdad que este dilema no está resuelto aún en mi interior y puede que el día llegue en que la decisión se tome.

Por el momento mi satisfacción personal la encuentro en otras cosas, en especial en la enseñanza, no solamente la del aula de clases sino la que me motiva a escribir, a compartir con otros, a reflexionar, a viajar, a leer en busca de respuestas y a seguir inmersa en un infinito mar de exploraciones.

4 comentarios:

  1. Creo que establecer el objetivo de tener hijos es tan importante como el objetivo de pareja, yo tuve claro a muy temprana edad que queria tener hijos porque sabia que la maternidad nos ensena mucho sobre el amor, en la maternidad se tiene la oportunidad de ejercitar muchos musculos emocionales que ayudan al alma a evolucionar, ser madre sin sentirme duena de mi hija es un reto que me mantiene en constante ejercicio.
    Lo de la compania en la vejez no esta garantizado, igual los hijos pueden morir antes que uno o no tener deseos de hacerse cargo de nosotros.

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  2. No tengo hijos, y la verdad nunca los quice tener aunque adoro los niños.
    Pero me parece la responsabilidad y la renuncia mas grande de este mundo y no tengo los "ovarios" suficientes para esa tarea.

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  3. Cuando al escritor y poeta Rumano, Emil Cioran, le preguntaron por qué no había tenido hijos, él respondió: "Los hijos que no he querido tener ya gozan de la bienaventuranza eterna". Y seguramente conoces las opiniones de los existencialistas.

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  4. Mi esposa y yo llevamos un año de matrimonio y cinco de vivir juntos. Por cuestiones de actividades en nuestras vidas, no hemos tomado el tiempo en planear tener hijos, sin embargo hoy día mi esposa no siente el deseo de tenerlos por anteponer muchos pros y contras. De mi parte yo quisiera sin embargo es una decisión que debemos tomar ambos como una sola familia. Qué opinan??

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