"Señora de los libros", "Señora de la Escritura",

lunes, 23 de agosto de 2010

Qué es eso de la magia en los amores múltiples?

No sé si por casualidad o más bien, por causalidad he vuelto a toparme con un libro el cual extrañamente he devorado en 2 días mientras visitaba junto con mi padre a un primo muy cercano de Pereira. Así que además de recorrer la ciudad y regresar a las tierras de Salento, en donde estuve hace algunos años atrás, pude igualmente adentrarme en un tema que no quise comprender ni me llamo la atención cuando mi hermana me lo compartió. He aquí mi primera reflexión: la vida nos ofrece oportunidades pero no siempre estamos atentos ni dispuestos a escuchar. El tema no me sonó y mis preocupaciones estaban en otras cosas. Ahora desde el mismo título del libro me sentí atraída por aprender. ( "Las virtudes del poliamor" de Yves-Alexandre Thalmann ). Comparto casi que cada una de las líneas partiendo por reconocer que "todos estamos inmersos en un universo de atracciones diversas y frecuentes". Pero a medida que vamos creciendo nuestra forma de acercarnos a la relación sentimental nos va ofreciendo un panorama multicolor que puede llegar a desestabilizarnos o por el contrario, a hacernos ver estrellas donde no las hay.

No obstante, son impresionantes los grandes porcentajes de fracaso en las relaciones monógamas, aquellas que la mayoría de nosotros no solamente profesamos sino que aparentemente vivimos al iniciar un vínculo con otro ser. Inconscientemente estamos condicionados a considerar que este tipo de uniones son las únicas, las ideales, las mejores. Sin embargo, la práctica nos muestra las grandes dificultades que ello implica, o no? Será acaso una utopía amar a alguien para toda la vida?
Es que la realidad de cantidades de parejas que se torna casi que imposible vivir esos ideales. Hoy en día son muchas las problemáticas que encontramos: el incremento del comercio sexual en el que para la venta de cualquier objeto o servicio se exhibe una mujer bien dotada físicamente en la mayoría de los casos. Por internet cada vez se promueve más el sexo virtual, los videos pornográficos, entre otras.

Personalmente no juzgo nada que vaya en pro de la sana exploración, la innovación, la creatividad en el conocimiento del ser o en una pareja. Pero estoy en desacuerdo con el detrimento del ser, la valoración que hay del mismo desde su corporalidad y el exceso de cualquier acto que termina en vicio. A esto se suma el concepto de “infidelidad” y del engaño porque se oculta por temor a asumirse y no se cuenta con la claridad y madurez emocional y mental para dar cabida a lo que se conoce como el poliamor. Eso ni se nos ocurre porque suena a libertinaje, a promiscuidad, y finalmente, suena hasta peligroso. Para ser franca mi primera reacción fue: “No he podido con uno, cómo será con más!”. Leyendo este texto comprendo el porque de mi respuesta y el rechazo de muchas personas. Quizás usted en estos momentos se encuentre pensando que el poliamor no es para usted ni nunca lo será. Esta actitud ante el amor no es conveniente para quienes son frágiles de corazón, o más bien, para quienes somos frágiles de corazón.

No pretendo extenderme porque el tema da para más. A qué nos lleva todo esto? A cuestionarnos, diría yo, la concepción que manejamos del AMOR porque si nuestra línea es la relación monógama, hablamos acaso de un amor exclusivo, un amor que no puede abarcar más de uno, un amor egoísta y posesivo donde somos dueño del otro y pertenecemos por lo tanto a ese otro; un amor condicional que se pierde al darse en vez de multiplicarse; un amor en el que vale más la cantidad que la calidad; un amor que muchas veces se basa en la insatisfacción y en la carencia. Y entonces para dónde se fue el AMOR noble y generoso, ese que con frecuencia nos hace suspirar en las películas, ese que nos motiva a iniciar el día, ese que nos hace ver la luz cuando se ha ido. “Ser poliamoroso es abrirse al amor y responder favorablemente cuando se presente” y esto no significa andar buscando con quien pasar la noche sino que abarca el verdadero sentido de dar sin temor y sin esperar, lo cual nos cuesta mucho. Que hermoso sería poder amar sin dejar de ser nosotros mismo sino atreviéndonos a permanecer naturales, sin necesidad de máscara alguna.

Aclaro y comparto que mi posición es cuestionarnos y repensar nuestras relaciones pues he encontrado que los mismos principios del poliamor se pueden aplicar en la monogamia. Se trata del respeto al otro, la comunicación franca, la no posesividad y la igualdad en los géneros. Si bien Freud afirmaba que “todos somos polígamos reprimidos”, yo sigo contenta con la idea de construir vínculos monógamos porque creo que carezco de la comprensión profunda en la práctica de esta posibilidad. Me daré a la tarea de construir inspirada en lo que este texto pudo obsequiarme y lo que yo pude leer entre líneas desde mi poca experiencia.

2 comentarios:

  1. Muy interesante el articulo y tu punto de vista
    ...personalmente opino lo mismo; el amor se debe dar de manera natural, sin dejar de ser uno mismo, sin mascaras, conservando el mutuo respeto, viviendo sin ataduras, pero muchas veces las relaciones se van tornando una rutina y en una posesion y no un sano compartir, sin miedo a que algun dia termine.
    Tenemos que poner en practica mucho de tus pensamientos en nuestro diario vivir, compartiendo con la gente que amamos.
    Gracias como siempre por tus vivencias
    JOHANA

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  2. La idea de aplicar los principios del poliamor a la monogamia es sencillamente espectacular, no obstante, la mayoría hemos perdido esa individualidad al encontrar en otro ser humano eso que nos hacía falta (al menos en mi caso particular); así que la pregunta sería: Cómo desarrollar esos principios en una relación en la que llevamos tiempo practicando lo contrario, sin perder esa zona cómoda en la cual nos encontramos?

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