"Señora de los libros", "Señora de la Escritura",

lunes, 2 de agosto de 2010

Cuando de terminar se trata

He encontrado que escribir un poco sobre mis propios procesos no solamente me permite compartir con otros sino también me exige realizar una mirada retrospectiva de lo que fué para con mayor sabiduría comprender el presente. Y en medio de ello me inspiro en la filosofía budista que se sustenta en la impermanencia de las cosas de este mundo. Así como hay inicios, hay cierres. Así como el sol nos despierta, también se oculta por un tiempo. Así como abrimos nuevas puertas, también cerramos otras, quizás con candados con el propósito consciente de conservar lo que fue bello, lo que fue noble y sigue siendo metafóricamente eterno.

Cuando empecé mi relación tenía 18 – 19 años. Tuve la fortuna de toparme con un sapo que al besar se transformó en un bello príncipe que supo llevarme al cielo en más de una ocasión. Sin ser una princesa juntos construimos castillos donde dimos espacio al amor juvenil y a la complicidad de dos almas inquietas, almas que no se contentaban con las propuestas que veían cercanas a sus cotidianidades. Quienes fueron testigos por los muchos años de esta historia de vida, conocen con más detalles las circunstancias que caracterizaron esta relación. No deja de ser complejo el resumir en líneas los más de 8 años compartidos. Sin embargo, el corazón sabe atesorar aquello que ni el tiempo ni las muchas justificaciones del ego pueden borrar. Basta con cerrar mis ojos por unos instantes para evocar los muchos instantes de luz y de sombra que como pareja la vida nos ofreció y también el karma que juntos fuimos cosechando.

Cuando de terminar se trata se hace frente a una batalla interna que pretende hacerte ver las muchas consecuencias que ello implica ya que durante el tiempo se han creado hábitos, se han establecido vínculos, se han alimentado imágenes, se han planeado proyectos, se ha dado espacio a la confianza, se han visitado tantos espacios y se han compartido tantas fechas, se ha pensado y sentido tanto que incluso nos perdemos en el otro ser y dejamos de ser quienes somos.

Cuando de terminar se trata se encuentra uno frente a sí mismo, sólo de nuevo, frente a lo que verdaderamente somos. Ya no hay a quien culpar, ya no hay víctimas sino responsables de actos humanos, de procesos en los que interiormente crecemos de manera significativa porque parte de nuestra propia experiencia y no de lo que otros nos han dicho o de lo que hemos escuchado o hasta leído por ahí en algún momento. Ya ni siquiera son las voces de nuestros padres transmitiendo sus vivencias sino que son voces internas de un alma que solamente madura por medio de las múltiples circunstancias terrenales.

Cuando de terminar se trata el ego se arma de razones, señala listas de motivos para justificar e identificar diferencias, aquellas que generan las fricciones entre los seres humanos y nos llevan a que finalmente se diga: “basta! y se acabó”. Es el ego el que fácilmente hace aparición, el que lastima, el que permite sentirse lastimado. Pero más allá de ello, somos seres de luz y claridad que tan sólo por medio de tomar decisiones hacemos frente a nuevos retos y situaciones que no dan espera porque van fluyendo como el río fluye con sus aguas.

Cuando de terminar se trata se comprende con mayor fuerza que en esta vida son pocas las cosas que son eternas aunque nuestra esencia lo sea. Pero puede ser que nos cueste construir esos vínculos inmortales con otros seres porque en ello juega un papel fundamental la convivencia, la construcción colectiva, la negociación, y por supuesto, la libertad de ser quienes creemos que somos. Ser naturales, ser nosotros mismos frente a los demás es una tarea que me resulta en este momento más importante que antes.

Cuando de terminar se trata hay que realizar una limpieza interna y externa; una renovación que te permita respirar de nuevo el aire de vida que se impregna en cada cosa que nos rodea. Sólo así se encuentra la determinación de seguir adelante, mostrando sonrisas cuando hay motivos – los cuales son muchos – y compartiendo nuestras lágrimas también. Somos todo ello y es hermoso que así sea porque tiene su sentido aunque muchas veces nos cueste estar de acuerdo con esto al estar atravesando alguna dificultad.

Cuando de terminar se trata el corazón tiende a cerrarse temporalmente con temor a permitir que sea otro quien se adueñe de él y entonces el camino se torna un poco incierto, los pasos temerosos muestran alguien que ha amado y no cree inicialmente que cuente con la posibilidad de volver a amar. Sin embargo, por más oscura que sea la noche, el Sol siempre hará aparición al día siguiente y he ahí la esperanza de volver a renacer. De lo contrario, no habría mayor motivación ni sentido en esperar ni en continuar caminando.

No deseo extenderme porque si hay algo que he aprendido en los últimos meses es que cada quien tiene que vivir, a cada uno de nosotros la vida nos tiene una serie de experiencias que son las que nos corresponden y no hay duda en que en nuestro interior contamos con las armas necesarias para salir victoriosos. Y aclaro, victoria no es siempre ganar sino aprender.

Cuando de terminar se trata se pasa una hoja del libro y se cierra un capítulo de vida. Y yo, la misma que ustedes ya conocen, seguiré creyendo en los príncipes azules porque alguna vez tuve uno en mis brazos y si bien ya no lo está en estos momentos, me alegra alimentar la idea que habrán nuevos castillos si me dispongo a explorar los muchos y nuevos horizontes que se abren ante mis ojos de mujer.

13 comentarios:

  1. Hermosa reflexion Nata. Por favor sigue compartiendo estos mensajes.

    ResponderEliminar
  2. Hermoso y profundo . Sobretodo, humano. Todos hemos pasado por alli y hemos amado de nuevo. Mis mejores deseos Natalia. Diana Mazuera.

    ResponderEliminar
  3. Uyy, pero que buena redacción. Me encantó eata parte "victoria no siempre es ganar sino aprender" - deberías de enmarcarlo. Que bueno saber que has canalizado tus sentimientos para compartir con nosotros tu experiencia. Ah, y antes de seguir caminando podrías visitar la "saporía" que es a donde llevan a los sapos perdidos; pregunta por Hernn - llegó allí hace varios meses. Adelante.

    ResponderEliminar
  4. María Inés Payán3 de agosto de 2010, 5:55

    Junto al adiós está la pérdida y con ella el duelo; peso que los amigos desearíamos de corazón ayudar a aliviar, pero, tal como lo esbozas, querida Natalia, solo puede elaborarse personalmente, en soledad; es la única manera de que aprendamos a crecer en lo que se nos presenta como "adversidad".¿Recuerdas que hace un tiempo conversamos acerca de esto?
    Un abrazo,
    María Inés Payán.

    ResponderEliminar
  5. Wow....me identifiqué con muchas cosas Nata!... me encanta como escribes. Un saludín! (CAROLINA LÓPEZ)

    ResponderEliminar
  6. Querida Natalia, tus palabras llegan a mi vida de una manera muy positiva y te comprendo perfectamente sabemos por experiencia de vida que en este camino maravilloso el pasar del día tras otro es lo que nos va aclarando el camino como tu lo dices "siempre sale el sol". Es nuestro cambio el renacer de un aprendizaje el que permite que veamos el sol y sintamos su calor ya que hay personas que se quedan en la noche y no se dan nunca más la oportunidad de reír y soñar.
    En este espacio tuyo quisiera también agregar la gratitud para quienes en nuestros momentos de incertidumbre(eclipse) están a nuestro lado dándonos apoyo y dejándonos saber que somos grandes y capaces de salir adelante, para todas estas personas que nos aman y nos respetan mis agradecimientos.
    Luz Stella B.

    ResponderEliminar
  7. Bienvenida la sabiduría que se adquiere con cada experiencia, bienvenida la experiencia que se obtiene con cada momento, cada situación cada palabra guardada en nuestra memoria, bienvenida la memoria cuando tenemos claro nuestro deber como seres humanos y sobre todo nuestra misión como damas.

    Jenny

    ResponderEliminar
  8. Yo tambien creia en principles azules y despues de muchas lagrimas, corazones rotos y procesos internos, llego el propio, el mismisimo que ni en cuentos habia visto. Lo unico es que no era azul but still a principe! Ahora no tengo uno sino dos! Uno grande y Uno chiquito. Los principes azules viven en la mente. Los multicolores en el corazon.

    ResponderEliminar
  9. MI NATA, COMO SIEMPRE, ME ENCANTAN TUS REFLEXIONES! GRACIAS POR COMPARTIR TUS EXPERIENCIAS DE ESTA FORMA TAN CLARA, TAN SENCILLA, TAN POETA. TERMINAR SIEMPRE ES EMPEZAR DE NUEVO...ESO ES LO MARAVILLOSO, TENER LA VALENTIA DE CERRAR CAPITULOS PARA ALGUN DIA NO MUY LEJANO COMENZAR A ESCRIBIR OTROS, NO SABEMOS QUE TAN BUENOS O QUE TAN MALOS VAN A SER ESOS NUEVOS RUMBOS PERO DE ALGO SI ESTOY SEGURA: HAY QUE VIVIR, CON ALEGRIA, CON GANAS, CON LA ILUSION DEL MANANA, CON LA ESPERANZA DEL FUTURO,PERO SIN NUNCA OLVIDARNOS QUE LO VERDADERAMENTE IMPORTANTE ES EL PRESENTE!! ME SIENTO MUY ORGULLOSA DE TI, DE LO QUE ERES, DE LA FORMA COMO VIVES Y AFRONTAS LOS RETOS QUE TE OFRECE LA VIDA, SIGUE SIEMPRE ASI, ADELANTE!!!!
    ABRAZOS GIGANTES, JESSIE

    ResponderEliminar
  10. Desapego...es la mejor enseñanza posible en este mundo de ilusión...somos pasajeros eternos en el devenir cotidiano de esta incertidumbre permanente...sigue fluyendo con la vida, libre, valiente guerrera...muchos otras batallas tendrás que luchar y para ello la vida misma te va preparándo...
    Inventa nuevas historias que te permitan vivir instantes felices, solo de ti depende.
    Gracias por compartir tus reflexiones
    Un abrazote lleno de fuerza para avanzar
    Ana Ma

    ResponderEliminar
  11. Gracias por compartir las experiencias de tu vida, eres un gran persona. Me gusto mucho el articulo, a todos de una u otra forma nos pasa esto y lo bueno es que logramos salir a delante y continuar con nuestra vida. Comparto mucho de lo que escribes.
    Me gusto mucho tu blog.
    Un abrazo - con cariño!!!
    Johana

    ResponderEliminar
  12. Hola Natalia, me encanto tu publicación, sobre todo la parte donde haces la analogía entre las relaciones y el sol de cada día; estoy de acuerdo contigo, solo quiero añadir que las noches, en compañía de la luna son los momentos como entre una relación y otra, donde como en la cotidianidad aprovechamos la noche para descansar y reflexionar acerca del dìa que hemos vivido, también debemos aprovechar los momentos de soledad para reflexionar sobre aquella relación que se termina y aprender de las cosas malas que hicimos y que nos hicieron para cuando salga de nuevo el sol, no tropezar con las mismas piedras... Gracias por tus pensamientos y palabras, espero poder leer mas. JUAN CARLOS CASTAÑEDA MONTAÑO

    ResponderEliminar
  13. Hola Natalia
    Me encanta re-encontrarte y saberte tan bella y productiva.
    Fui la musica de Arcalia y el Hispano y te vi crecer entre danzas, cuentos y poesias.
    Estoy segura de que seguiras cantando por la vida, con cada nuevo amanecer, con cada vida que tocas, con cada experiencia renovadora y que al mirar con perspectiva, en unos anos podras decir, lo importante de las cosas que pasan no es por que, sino para que. Feliz viaje por esta vida arco iris. Julieta

    ResponderEliminar