miércoles, 20 de abril de 2011
Descubriendo
Cuando miro hacia atrás
veo el camino transitado
y observo que a mi paso
unas huellas he dejado.
Y entonces sonrío por lo logrado
pero también lloro
por aquello que con miedo y duda
he abandonado.
Cuando cierro mis ojos
por unos instantes,
un abanico de colores
trae consigo una luz brillante.
Y esa luz me ciega,
no me permite vislumbrar
no me deja transitar
hacia el horizonte que me espera.
Sin embargo, algo en mi me impulsa
a retirar el velo ilusorio,
aquel que me impide descubrir
que la vida es más que oro,
que mi alma sigue joven,
que mi cuerpo grita vivo
por todo lo que he aprendido.
El anterior poema, si es que puedo darle dicho nombre, lo escribí hace unos años y hoy organizando mis archivos me he topado de nuevo con este texto. He hecho algunas modificaciones y ahora lo comparto en mi blog.
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Natalia, no te conocia esa faceta, que poema tan hermoso! tienes mas? celebro que te animes a compartirnos tus poemas, en alguna parte lei que la poesia es ese rincon donde nadie puede alcanzarnos.
ResponderEliminarQuerida Natalia, la vida es un constante descubrir y lo importante es aprender de cada experiencia. Gracias por compartir. Abrazos, mum
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