"Señora de los libros", "Señora de la Escritura",

sábado, 25 de diciembre de 2010

Lista de Gratitud 2010

Gracias a Dios, a la vida, al destino, a las leyes de la Naturaleza, a mi Ser Superior…

Por mi familia (incluyendo todos los miembros pero especialmente mis padres y mi querida hermana).
Por mi trabajo y mi nueva experiencia como profesora.
Por todas las lecciones que logré enseñar en Acrópolis y también las lecciones que recibí como estudiante.
Por la prosperidad y abundancia.
Por haber sido capaz de terminar una relación y meses más tarde comprender qué tan importante es sanar mis pasadas experiencias para vencer el temor a amar nuevamente.
Por cada persona que conocí y que me enseñó algo.
Por mi nuevo compañero quien me ha dado suficiente motivación para ser yo misma.
Por cada viaje y cada lugar que visité.
Por la gran oportunidad de haber ido a Colombia y el tiempo que pude compartir con mi familia y mis amigos.
Por mi blog que empezó en febrero y continuará como un ejercicio que me impulse a escribir un libro en el futuro.
Por los correos electrónicos de gente que aprecia compartir procesos y sentimientos.
Por cada palabra que aprendí en mi vocabulario de inglés.
Por el trasladarme a un nuevo lugar, un pequeño cuarto que me ofrece más libertad e independencia.
Por los momentos que he compartido con gente amable (charlas, cantos, bailes, comidas, etc.).
Por todos esos libros que llegaron a mis manos y me hicieron recordar.
Por el alimento que comí ya que soy bendecida al tener suficiente comida.
Por mi salud y el flujo de energía que constantemente sentí para cumplir con mis compromisos.
Por el contacto con la meditación y las enseñanzas budistas.
Por estar rodeada de gente que manifiesta su generosidad y bondad.
Por hacerme entender que la vida no es una carrera sino un viaje mágico.
Por las respuestas que encontré y las preguntas que todavía tengo (como lo he dicho muchas veces, las
respuestas siempre están esperando que las veamos pero a menudo las ignoramos).
Por dar un paso adelante para conocerme mejor, aunque a veces tenga miedo de lo que veo.
Por cada lección que me ha dado la vida incluyendo penas y alegrías.
Por todo el soporte y amor que obtuve cuando aparentemente estaba sola.
Y por supuesto, gracias por el cuerpo físico, mi energía, mis emociones, mis pensamientos y mi profunda convicción que somos más que lo que pensamos… somos almas en un regreso eterno.

(Traducido del inglës por G Lema. Editado por Natalia)

lunes, 20 de diciembre de 2010

Seguir sin tí pero contigo



No comprendo porque me sigo asombrando de los textos que a mis manos llegan si soy una fiel creyente en las leyes cósmicas y kármicas donde todo tiene su razón de ser, incluso en aquellos momentos en que no vemos con claridad el por qué de ciertas vivencias. Leer la experiencia de la autora en el libro Seguir sin tí, quien atraviesa por una separación luego de más de 20 años, escuchar su voz y percibir así las emociones me ha permitido regresar de nuevo a un capítulo que creí había cerrado hace algunos meses. Mejor dicho, lo que creo haber hecho fué acelerar un cierre, un poco de negación por temor al dolor, me encargué de ocupar mi mente para evitar caer en la tentación de pensar, porque cuando se piensa en ocasiones es como querer digerir una porción más grande de la que cabe en nuestra boca… no hubo de otra sino respirar profundo e ir tragando el amargo sabor de una separación. Y cuando hablo de este proceso de separarse no lo reduzco al aspecto físico en donde se cogen unas maletas y se abandonan los espacios, sino además a la sagrada conexión que hay entre dos almas que han vivido unidas por muchos años. El tiempo en este caso ha sido mi amigo galopante y me ha hecho ver con verdaderos ojos lo que antes no era visible para mí pero siempre estuvo ahí; el tiempo me ha ayudado a sanar las heridas de esa niña que existe en mí, comprendiendo que crecer a veces duele; el tiempo me ha enseñado que aún cuando somos derrotados en apariencia hay siempre pequeñas victorias en nuestro interior. Sólo uno sabe cuando ha aprendido, cuando ha dado un paso en la interminable senda de la vida.

Por eso hoy quiero seguir sin tí pero contigo a la vez porque mi corazón sabe a quien ha amado y no olvida como quien borra unas letras de un tablero los procesos compartidos. Invoco la presencia de una llama, una luz mágica que recorra cualquier rincón oscuro que nuestra relación haya dejado, una luz sanadora que tenga efectos terapeúticos, una luz que nos haga recordar lo que nuestras almas siempre han sabido pero con frecuencia olvidan.

Quiero seguir sin tí pero contigo a la vez porque siempre he agradecido la posibilidad de haberte conocido, de haber crecido a tu lado, de haber incluso cambiado en esos años en los que signos de mujer empezaban a hacer su aparición. Hoy, he vuelto a ver en tí de nuevo esa alma noble de la cual me enamoré y esa pequeña semilla que llevabas dentro ha empezado a extenderse hacia el Sol.

Todas las despedidas encierran una dosis de nostalgia, como cuando se deja el colegio o se viaja a otro país o se despide a un ser que ha partido. Pero la existencia de inicios en un mundo dual hace que de inmediato exista su opuesto, los cierres. Lo que entonces importa es la manera como construímos esos cierres: si optamos por azotar la puerta y salir corriendo o, en cambio, honramos el vínculo y nos fundimos en un abrazo eterno.

No cuento aún con la formula mágica para cambiar lo que ya fué pero si pudiera en mi imaginación retroceder el tiempo, escogería la segunda opción porque hay mayor posibilidad de conservar la sonrisa cómplice entre los dos.
Seguiré sin tí pero contigo hasta que sea la hora de regresar.