"Señora de los libros", "Señora de la Escritura",

domingo, 4 de marzo de 2012

Carta al viento con destinatario


Una y otra vez apareces en mis sueños y me sigo preguntando: por qué? Si acaso hay alguna razón para justificar tus apariciones o si son mis pensamientos inconscientes que me llevan hacia ti y hacia lo que ambos alguna vez consideramos eterno. Y aunque el tiempo no da espera y se lleva como el viento las pequeñeces y los detalles de aquel vínculo, tu imagen me persigue como sombra y termino casi siempre tratando de comprender que es algo que me pertenece, que nos pertenece - mejor aún. Y porque hubo mucho de luz y de belleza en la creación y en la manera en que la relación se consolidó, no puedo más que honrarlo y recordarlo con amor. Sin embargo, he aquí mis palabras. Las tuyas no las conozco, ni las he escuchado, ni siquiera me atrevo a imaginarlas porque siento que dejé de conocerte, que habían rincones que nunca fueron míos sino tuyos por completo. Y eso no lo cuestiono, lo comprendo y tolero desde mi luz aunque mi ego se inquiete y pregunte curioso por ti, por lo que haces, por tu proceso, por tu sendero.

La próxima vez que te vea en mis sueños me encargaré de mirarte profundamente a los ojos y contemplar tu alma de esa manera… te susurraré al oído las canciones que nos inspiraron… te cogeré tu mano para luego soltarla de nuevo… te diré que en mi corazón siempre ocuparás un espacio porque el cuento de hadas en el que tu y yo fuimos personajes centrales sigue siendo real en otra dimensión, sigue palpitando en lo más profundo de mi ser…

La próxima vez que te vea intentaré hablarte y escucharte… y si tú lo permites, te abrazaré con fuerza, con gratitud y con perdón… con la intención sana de cortar cualquier otro lazo de tensión y de dolor que aún exista o haya existido en el pasado.

Con amor y desde el alma… volando con las alas que algún día me regalaste.

jueves, 16 de febrero de 2012

Somos sombra, somos luz


Me sigue pareciendo increíble cada vez que el mismo pensamiento me visita: el tiempo que toma para que podamos materializar nuestros proyectos y que una vez dados algunos pasos nos cueste trabajo poder tener una imagen clara y completa de lo que queremos. A veces me siento tentada a acelerar esta obra en la que ahora soy protagonista y ver como si fuera una espectadora de cine cada una de las escenas e incluso poder conocer el final de este cuento. Un cuento que con frecuencia me sorprende, me confunde, me reta, me cuestiona, me asusta pero que me sigue atrayendo a pesar de todo. Un cuento que me hace volar y fantasear como quien salta de nube en nube, pero al mismo tiempo me golpea contra el asfalto lastimando mis más frágiles rincones.

No sé si ha sido el invierno o si es parte de lo que me corresponde pero ha habido momentos oscuros en los que, para ser sincera, he tenido que aprender a esperar pacientemente. Y entonces cuando llegan las oportunidades para tomar las decisiones me parece que no siempre tengo la respuesta ni la actitud correcta. Y siento como mi mente se transforma en un remolino de ideas, de frustraciones, de comparaciones, de dudas, de temores, de dramas, los cuales quisiera aprender a soltar. No es mi intención añadir peso alguno al equipaje que ya cargo sino por el contrario, mi propósito es dejar atrás lo que he venido arrastrando y que al final no ofrece nada a cambio.

Somos historias, somos pasado sin el poder de transformarlo, somos cuentos que hemos escuchado y que nos hemos narrado, pero sin embargo, somos páginas en blanco a la espera de ser descubiertas y vividas intensamente. Pero si permitimos que nuestra sombra tome parte en lo que decidimos, siempre estaremos con la inquietud y la poca certeza que estamos haciendo aquello que queremos. Porque la sombra nos susurra al oído lo débiles que somos, nos recuerda nuestros fracasos y derrotas, se reí de aquellos sueños que parecen imposibles y se alimenta de nuestra continua sed de pensar y pensar y pensar.

Nuestra sombra no pierde oportunidad alguna para mostrarse ante nuestros ojos, no teme vernos porque ya lo ha hecho por mucho tiempo y nosotros de manera absurda hemos empezado a encariñarnos con ella. Y mientras más poder le otorguemos menos será lo que plasmemos. Y mientras más atención le demos, más fuerte e invencible será aquella parte de nuestro ser que disfruta prolongar una vida de infelicidad, de telenovelas, de dramas y episodios oscuros. Sin embargo, la luz interna nunca nos ha abandonado y requiere ser vista conscientemente para alumbrar nuestros pasos.